Castle Crashers no es ninguno de esos.
Este juego te marca porque, al minuto dos, ya has reventado a diez enemigos, te ha atropellado un ciervo con diarrea explosiva y un mago cabrón te ha robado el cristal del reino, las princesas y probablemente la paciencia.
Bienvenido al paraíso de los mamporros con colorinchis.
⚔️ UNA HISTORIA QUE NI LA HISTORIA SABE POR QUÉ EXISTE
El argumento es sencillo, directo y digno de un niño hiperactivo de 8 años con demasiada Coca-Cola en vena:
Un mago malvado entra en tu castillo, secuestra a las princesas y te deja la corte patas arriba.
Tu misión: partirle la cara.
Ya está. Sin metáforas. Sin subtramas. Sin intros eternas.
Aquí lo importante es avanzar hacia la derecha y que los enemigos aprendan física a base de combos que los mandan volando.
🗡️ LOS CABALLEROS: LOS POWER RANGERS MEDIEVALES
El rojo, el azul, el verde y el naranja.
Cada uno con su magia única, su mala leche y su habilidad especial… pero todos con la misma misión: soltar hostias como si les pagaran por kilo de daño.
Caballero Rojo – Fuego. Arde más que tú cuando ves que tu compi se ha llevado la mejor arma.
Caballero Azul – Hielo. Perfecto para congelar enemigos… o para congelarte a ti mismo cuando te intentas hacer el chulo.
Caballero Verde – Veneno. La versión medieval del amigo que huele raro.
Caballero Naranja – Electricidad. Para dejar a los enemigos fritos y listos para servir.
Y luego están los desbloqueables —que son tantos que parece que The Behemoth hizo una apuesta interna tipo “a ver cuántos personajes metemos antes de que alguien pregunte si esto tiene límite”.
👨💻 EL DESARROLLO: CAMINAR, PEGAR, REÍRTE Y PEGAR MÁS
Castle Crashers es el hijo bastardo de los beat ‘em ups clásicos, pero alimentado con Monster y memes.
Tú avanzas. Ellos vienen. Tú les pegas. Ellos caen.
Ciclo natural de la vida.
Pero la gracia está en los detalles:
Animaciones absurdas.
Enemigos que se tiran pedos.
Jefes que lloran, gritan o hacen ataques que parecen inventados por un comediante borracho.
Mini misiones que salen de la nada.
Un bestiario que ni el doctor Mureau.
Todo bañado en ese arte flash de la época en que internet era un sitio bonito lleno de jueguecitos chorra… y no un vertedero de malas opiniones y tutoriales de gente que no sabe hacer una mierda y quiere vivir del cuento.
🐕 LOS ANIMALITOS: ADOPTA A UN BICHO Y ESPERA QUE NO TE MATE
Aquí adoptas criaturas que te dan bonificaciones.
Todos son absurdos.
Todos son adorables.
Todos tienen pinta de que si existieran de verdad, sanidad los prohibiría.
Tienes:
El búho que se caga encima (literalmente).
El murciélago emo que muerde a los enemigos y te mira con cara de “la vida es oscuridad”.
El pequeño gusanito que parece inofensivo pero te da un empujón brutal en agilidad.
El caballito de mar feliz que hace de taxi emocional.
Son el equivalente medieval de ir a la protectora, pero sabiendo que te vas a llevar a casa un ser de otra dimensión.
💣 ARMAS PARA TODA OCASIÓN (Y PARA TODAS LAS INSEGURIDADES)
Más de 50 armas. Espadas, mazas, espátulas gigantes, zanahorias…
Sí, zanahorias.
Porque para qué llevar una espada legendaria cuando puedes partirle la cabeza a un troll con la verdura del Mercadona.
Cada arma tiene estadísticas propias, pero al final siempre terminas con la misma duda:
“¿Me quedo con esta que quita poco pero mola visualmente? ¿O con esta que es fea como un calcetín sudado, pero mete unos hostiazos de cuidado?”
La respuesta correcta es: la fea.
🧌 JEFES FINALES: EL VERDADERO CASTILLO, EL VERDADERO CRASH
Aquí está la chicha.
Cada jefe es un momentazo. Absurdos, exagerados, brillantes en su estupidez:
Barbarian Boss: El tutorial para saber si te has acordado de darle al botón de pegar.
Ciclops: Un gigante llorón que mezcla duelo, drama y hostias como panes.
Gato-Pez Gigante: La criatura que demuestra que The Behemoth no tiene filtro.
El Pan de Melón Demoníaco (vale, no se llama así… pero debería).
El Necromante: Elegante, turbio, un jefazo con clase.
El Mago Maligno: Cuatro fases. Cuatro. Porque una no era suficiente para joderte la tarde.
Y cuando crees que ya está… aparece el modo Insane.
Insane de demencia, no de dificultad.
Aquí el juego te mira, sonríe, y te dice:
“Vamos a ver cuánto quieres a tus amigos”.
Spoiler: no tanto como creías.
🫂 COOPERATIVO: DONDE SE FORJAN LEYENDAS… Y SE ROMPEN AMISTADES
Hasta cuatro jugadores.
Cuatro mandos.
Cuatro tipos en su casa sin nada que hacer.
Cuatro personas que empiezan siendo colegas…
…y acaban discutiendo por quién se lleva la princesa, quién ha recogido más comida y quién le ha robado un arma al otro “sin querer”.
Este juego tiene más potencial destructor que una cena de Navidad con cuñados borrachos.
Pero eso sí: es divertidísimo.
Incluso en Switch, donde acabas abrazado al Joy-Con como si fuera tu amuleto de la suerte.
🎸 BANDA SONORA: EL TEKNOCASTILLO QUE NO SABÍAS QUE QUERÍAS
Electrónica, guitarras, melodías hiperactivas…
Es como ir a una rave medieval organizada por un DJ con casco de vikingo.
Temazos que se te quedan grabados y te hacen mover el culete mientras destrozas esqueletos.
🔚 VEREDICTO FINAL: RETROMOSTOLADA CERTIFICADA
Castle Crashers es:
✔ Un beat’em up simple, directo y más adictivo que las Pringles.
✔ Un festival de humor absurdo.
✔ Un juego perfecto para una tarde con colegas.
✔ Una obra que no pretende ser profunda… pero se te queda en el corazón.
Y sobre todo:
Una fábrica de risas y faltadas.
Porque pocas cosas unen tanto como gritar “¡ESO ERA MI POLLO, CABRÓN!” mientras tú y tus colegas corréis hacia la siguiente sala llena de enemigos.
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