miércoles, 3 de diciembre de 2025

STREETS OF RAGE 2 – Análisis de un clásico insuperable


Hay juegos que definen una consola. Otros definen un género. Streets of Rage 2 hizo ambas cosas y, de propina, definió también cuántas veces puedes pulsar el botón de puñetazo antes de que tu dedo se convierta en puré.

Es el beat ‘em up que Sega lanzó en 1992 para la Mega Drive, pero al que seguimos volviendo como quien vuelve a su bar de siempre: el camarero te conoce, te pone lo tuyo, y si eres Axel te suelta un “Grand Upper!!” antes de servirte la caña.


Argumento

Un criminal ha secuestrado a Adam. 
¿La policía? Bien, gracias.
¿Los protagonistas? Pues a repartir estopa.
¿El sindicato del crimen de Mr. X? Unos cabrones clonados con media hostia, pero con ganas de dominar el mundo.

Es el típico guion de los 90: secuestran a alguien y automáticamente significa que hay que limpiar la ciudad a puñetazos. Y funciona, oye.



Protagonistas

Axel: El tipo que convierte un uppercut en energía nuclear. Un clásico que jamás decepciona.

Blaze: La única persona del planeta que puede dar una patada voladora con tacones sin morir.

Max: Un armario empotrado que cuando te agarra te quita media barra de vida y media de autoestima.

Skate: El niño adorable que te roba la merienda… y la dignidad. Inútil en la vida real, Dios absoluto en el juego.



Jugabilidad

Streets of Rage 2 es el equivalente videojueguil a una pelea de bar… pero con ritmo.
Todo fluye: los golpes, los agarres, los combos, los enemigos que vienen en oleadas como si regalaran una paga extra...

El control es tan suave que si Mega Drive tuviera gatillos, esto sería un hack and slash.
Pero no los tiene, así que dale al botón y confía en el señor.


Música

Aquí viene lo bueno: Yuzo Koshiro, también conocido como “El Señor del House Noventero”.
El tipo compuso una banda sonora tan adelantada que si la pones en 2025, un DJ te cobra 12 euros por el cubata mientras te dice que es “retro synth-house underground”.

La música del primer nivel es tan mítica que debería ser himno nacional.


Dificultad

Justa.
Divertida.
Y cabrona cuando quiere.

Los jefes no están mal… pero cuidado con los señores del jetpack, que vienen del infierno directamente como DLC gratuito.


Conclusión

Streets of Rage 2 es un juego que no solo envejece bien: envejece mejor que tú y que yo.
Es divertido, contundente, tiene música increíble, y sigue siendo uno de los beat ‘em up más finos de la historia.

Sencillo, directo y elegante. Como una botella de vidrio vacía volando en una pelea callejera.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias Juande. Streets of Rage 2 es de esos juegos que se quedan con uno para siempre😊

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